Durante estas últimas dos semanas la playa de la Zurriola de Donostia se ha convertido en un inusual centro de peregrinación para multitud de limícolas. Embarcadas en el largo viaje hacia sus septentrionales áreas de reproducción norteña, muchas de ellas han decidido recalar en una playa a priori poco apetecible. Si bien es cierto que los arenales costeros son habituales puntos de parada para este tipo de aves, recordemos que la playa de la Zurriola es un arenal urbano donde la presencia humana y de perros es casi constante. Por esta razón la llegada de limícolas suele ser inapreciable y casi siempre limitada a ejemplares solitarios.
¿Qué ha ocurrido entonces para que un arenal tan poco atractivo para los limícolas se convierta de repente en una imán para ellas? Remontémonos al tren de borrascas sucedido durante el pasado invierno. Se produjeron temporales que azotaron con virulencia nuestras costas, y en algunos puntos como Donostia, causaron verdaderos estragos en paseos marítimos y escolleras. Las playas, como la Zurriola, también se vieron afectadas, sufriendo una significativa pérdida de arena. La pérdida de arena, y más concretamente el posterior vertido por parte la Dirección de Costas de nueva arena traída desde Jaizkibel es lo que ha originado la avenida de tal cantidad y variedad de limícolas. Al parecer, esta nueva arena contenía ingente cantidad de alimento del que las límicolas han sacado buen provecho.
El mes de marzo se despedía con una mortandad de álcidos muy elevada. El 23 de marzo Xabier Saralegi recogió en la playa de la Zurriola un gran número de álcidos orillados. En total fueron 32 frailecillos (Fratercula arctica) y 20 araos (Uria aalge), todos muertos. La mayoría de los cuerpos se encontraban parcialmente devorados y presentaban un estado de descomposición avanzado. Entre los frailecillos pudimos detectar uno con una anilla británica (SW7 EX86903), de la que ya hemos dado parte. Además de los álcidos y un alcatraz adulto también encontramos orillado un cetáceo (delfín que no se pudo determinar la especie) ya un tanto desfigurado.
A esta cantidad inicial tenemos que añadir los 6 frailecillos y 4 araos que Leire Paz Leiza recogió el mismo día también en la Zurriola. Así que el número total de álcidos recogidos el domingo 23 fue de 38 frailecillos y 24 araos. Se trata de la cifra más alta de aves orilladas que se ha alcanzado este invierno en las playas del País Vasco. Recordemos como referencia los 12 araos que recogió Itsas Enara en la misma Zurriola el 1 de marzo, hasta ahora el orillamiento más notable producido durante este último invierno. Previamente el GIAM (Grupo Ibérico de Aves Marinas) organizó dos ICAOs (Inspecciones costeras de aves orilladas) y que en Gipuzkoa fueron llevados a cabo por socios de Seo Donosti e Itsas Enara O.E. así como por particulares que conociendo la iniciativa se sumaron a ella.
Durante el invierno 2013-2014 se ha llevado a cabo el censo de milano real invernante en la Comunidad Autónoma Vasca. SEO/BirdLife viene siguiendo las poblaciones de milanos reales (Milvus milvus) realizando censos generales cada diez años, debido a que esta especie viene dando una constante disminución en sus efectivos poblacionales, siendo recientemente catalogada por el Gobierno Vasco como especie En Peligro de Extinción.
La segunda parte de este invierno se está caracterizando por una frecuencia inusitada de fuertes temporales en todo al Arco Atlántico. Si bien la razón que hay detrás de esta sucesión de virulentas tormentas no vistas desde hace décadas no está del todo clara -aunque se sospecha del calentamiento global, en concreto, según los meteorólogos un calentamiento del Pacífico está detrás de las borrascas generadas en el Atlántico- las consecuencias más directas que están produciendo en las aves marinas, especialmente en los álcidos, están siendo más que patentes.
Los álcidos son muy vulnerables a estos fuertes temporales, pues debido al mal estado de la mar tienen serias dificultades en encontrar alimento y reposar en condiciones. Si estas carencias se vienen encadenando durante varios días, muchos de ellos alcanzan un estado de inanición frecuentemente aparejado a otras complicaciones como edemas pulmonares y hemorragias intestinales. En ese estado de acusada debilidad llegan en masa a bahías y ensenadas como se viene produciendo en las costas del Golfo de Vizcaya y Canal de la Mancha desde finales de enero de este invierno.