Han pasado veinte días hábiles de caza y el resultado hasta la fecha no puede resultar más desalentador. Tres especies protegidas, que conozcamos o hayamos recuperado nosotros, tiroteadas por los cazadores. La primera de ellas nada menos que un guión de codornices (Crex crex) al que ni siquiera se dignaron en disparar y lo golpearon con un palo en Balmaseda (Bizkaia). En Gipuzkoa una garza imperial (Ardea purpurea) recogida con un tiro en Usurbil y en Tolosa una lechuza campestre (Asio flammeus). Ojo, esto es lo recuperado, a imaginar lo que se ha perdido en el monte.
El guión de codornices se trata de una especie muy escasa en Europa, no está emparentada con las codornices (es una gruiforme como grullas, fochas y rascones), y que los cazadores son completamente incapaces de reconocer y diferenciar de la anterior por su extendida y rampante ignorancia en identificación de especies. El guión de codornices se encuentra calificada en el Catálogo Vasco de Especies Amenazadas (algunas especies se modifica su categoría en 2013) como de interés especial, y en el Real Decreto 139/2011, de 4 de febrero, para el desarrollo del Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial y del Catálogo Español de Especies Amenazadas está declarado como en peligro de extinción. Mientras que los cazadores alegremente parece que disfrutan matándolos a garrotazos.
La garza imperial y la lechuza campestre se encuentran catalogadas como Raras en el Catálogo Vasco y como Vulnerable en el Real Decreto antes citado para el caso de la garza imperial y en el caso de la lechuza campestre está en el Listado de Especies Silvestres de Protección Especial. Es decir, que la categoría para España tiene un grado de amenaza mayor que en el caso del Catálogo Vasco. Aquí, el cazador gipuzkoano se permite la alegría y la desfachatez de tirotearlas. Según el código penal, artículo 334, el disparo contra la garza imperial y la lechuza campestre es delito, por lo que la fiscal de medioambiente de Gipuzkoa recibirá en breve nuestra denuncia por los dos delitos cometidos. Artículo 334: 1. El que cace o pesque especies amenazadas, realice actividades que impidan o dificulten su reproducción o migración, o destruya o altere gravemente su hábitat contraviniendo las leyes o disposiciones de carácter general protectoras de las especies de fauna silvestre, o comercie o trafique con ellas o con sus restos, será castigado con la pena de prisión de cuatro meses a dos años o multa de ocho a 24 meses y, en cualquier caso, la de inhabilitación especial para profesión u oficio e inhabilitación especial para el ejercicio del derecho de cazar o pescar por tiempo de dos a cuatro años.
Ante estos hechos la primera pregunta que surge, si las especies cinegéticas mayoritarias que hay disponibles para matar ahora, son paloma torcaz y zorzales, ¿cómo se puede disparar sobre una garza imperial o sobre una lechuza campestre que no se parecen en nada?. La primera respuesta es por la ignorancia entre los cazadores que no son capaces de diferenciar las especies, la segunda respuesta es por la maldad y la tercera es por el silencio del colectivo que protege y cubre al infractor, haciéndose por tanto todo el colectivo cómplice del delito. Porque no nos engañemos, o mejor dicho, que no nos engañen, los cazadores nunca o casi nunca, a excepción de becaderos, están solos. Se encuentran en puestos fijos y hay varios por puesto normalmente, por lo que un delito de este estilo tiene siempre testigos encubridores. Mientras que el propio colectivo no separe de su regazo a los infractores, todo el colectivo se está haciendo partícipe del acto delictivo.
La segunda pregunta es, ¿Cómo se puede disparar contra una nocturna si precisamente se mueve de noche (aunque todos sepamos que el búho campestre es uno de los más diurnos)?. Y para la garza imperial la pregunta es similar, puesto que sus movimientos son también crepusculares. Aquí recae toda la culpa sobre la Exclma. Diputación de Gipuzkoa. Y esto es muy importante, en Gipuzkoa se puede empezar a matar una hora antes de que amanezca. Está de noche. ¿Qué pinta gente armada en el monte a la noche cuando no se ve nada y no pasan palomas?. ¿que se supone que les están autorizando cazar cazando cuando ya no se ve? Esto es cobardía, pésima gestión, incompetencia, … y todos los etcéteras que se quieran poner de los gestores y políticos de la diputación de Gipuzkoa. Les hemos pedido por activa y por pasiva n veces que retrasen la hora de inicio de la actividad cinegética, pero nada, antes Arrese del PNV, hoy Uriguen de Bildu, los dos igual de incompetentes en esta materia.
Y es que es más, los propios becaderos piden lo mismo que nosotros, porque esa gente que está a esa hora en el monte mata las becadas a la espera, cosa que también es infracción y conlleva (o debería acarrear) fuertes multas. Con la dificultad que entraña a los guardas el pescarlos. Además, una hora antes del amanecer no se puede identificar con seguridad dos especies protegidas que se pueden confundir con malvices, las alondras y los mirlos. Si no se pudiera estar en el monte con escopetas una hora antes de amanecer, la lechuza, el cárabo, etc, no habrían sido tiroteados. Luego, responsable último, la Diputación gipuzkoana.
A todo esto, hay que analizar los resultados de ingresos de aves del Arrano Etxea (centro de recuperación de aves de Gipuzkoa). Durante el año las entradas son en su mayoría accidentes, choques contra líneas eléctricas, edificios y, vehículos, aves marinas petroleadas, pollos recogidos fuera del nido etc, durante los meses de actividad cinegética los ingresos se disparan y son mayoritariamente especies protegidas tiroteadas. En la memoria de éste centro de recuperación de 2012, cita en su página 8: "la causa de ingreso más relevante en el grupo de las rapaces diurnas han sido las heridas por disparo". Concretamente en el gráfico que presenta, son el 32% de los ingresos. El 6% de los ingresos de rapaces nocturnas es por disparo. En el caso de las acuáticas, el 33% de los ingresos fueron por disparo.
Mientras tanto, al prócer escopetero Sarasketa, se le llena la boca firmando la carta de biodiversidad y hablando de que sin ellos no habría un control sobre la fauna. Para acto seguido añadir que hay que controlar a los predadores. Y todo esto, cúmulo de ignorancia, desfachatez, sorna y sarcasmo, se puede ver en su artículo en este enlace.
Ellos, dicen, tienen que controlar a los corzos y jabalíes porque se disparan sus poblaciones, porque no hay grandes predadores Sarasketa, querido. Porque no hay lobo y porque no se quiere que lo haya. Hablan incluso del exceso de palomas y malvices que habría si no estuvieran ellos, pero si son especies migradoras que sólo pasan por encima nuestro. Se erigen salvadores de los encinares mediterráneos y del jamón de bellota, que no lo habría si ellos no mataran las palomas que van a Extremadura, para acto seguido pedir un control de predadores, que ya en la sombra ejecutan. Aunque maten nocturnas que comen sobre todo roedores, milanos que su dieta es sobre todo de carroña y roedores, ratoneros que comen lo que su nombre indica y reptiles, gavilanes que cazan pequeños pajaritos. Es de suponer que cazan las becadas para evitar que proliferen y se conviertan en plaga y acaben con las lombrices, igual que las cada vez más escasas codornices y tórtolas son abatidas para controlar sus poblaciones que causan graves daños... ¿a quién?¿Qué es lo que este señor y sus seguidores quieren matar?, si ya lo matan todo, si en Gipuzkoa ya solo tenemos unas poblaciones reproductoras residuales de las cuatro cosas que crían gracias a la perseverancia de las aves.
En definitiva, la Diputación debe racionalizar la caza de una vez. Los puestos donde aparecen especies protegidas fulminadas deben ser cerrados y terminada la caza por lo menos por esa temporada, y si el delito es gordo, como el del águila pescadora eliminada hace dos temporadas, la línea se debe cerrar para un par de años. Así será la única forma que el colectivo señale con el dedo al infractor y lo expulse de su seno.
Los cazadores deben demostrar que son gente civilizada, que llegan a la categoría humana, y limitarse a disparar sobre lo que pueden. Se les debe ejercer controles de alcoholemia y se debe castigar duramente el consumo de alcohol y drogas. Se debe crear un nutrido grupo de ertzainas verdes, como el cuerpo del SEPRONA de la Guardia Civil, que den apoyo riguroso al guarderío. Y la diputación debe dar voz en el consejo asesor de caza a una representación de los grupos conservacionistas. Porque hasta la fecha, Bildu con Uriguen a la cabeza nos ha defraudado lo mismo que los gobiernos anteriores del PNV.