En 1999 se fijó una pareja de chovas piquigualdas (Pyrrhocorax graculus) en Ernio. Lo mismo que ocurrió en Izarraitz, aunque allí la especie es desde entonces reproductora y hoy en día hay un nutrido grupo de estas aves. Después de estos 12 años transcurridos, esta primavera de 2011, por primera vez se han animado a criar.
Han sacado tres pollos que ahora comienzan a realizar sus acrobacias aéreas en compañía de los dos progenitores. La pareja persigue actualmente con saña cualquier rapaz que osa acercarse a las proximidades del macizo rocoso.
En el Atlas de las aves nidificantes de Gipuzkoa –Munibe nº52- editado por la Sociedad de Ciencias Aranzadi, se citaba la especie como reproductora en 3 cuadrículas correspondientes a las sierras del sur gipuzkoano y ya se citaba en Ernio a la especie como reproductora posible.